Victoria del ‘Real Rodrygo’ en Sevilla

Mientras que el Sevilla pensaba en la Roma, el Real madrid quería tener un final de temporada digno y el estadio del Sánchez Pizjuán, era el escenario perfecto para despedir la temporada lejos del estadio Santiago Bernabéu. Contra el desinterés general de las dos plantillas con la temporada casi terminada, estaban las ganas y la profesionalidad Rodrygo, único delantero sano de Carlo Ancelotti que con sus dos goles, remontó el gol del sevillista Rafa Mir dejando erl partido en un resultado favorable al Madrid 1-2.

Rodrygo dejó un gol para el recuerdo gracias a una impresionante galopada y un par de toques que terminaron con un pase a la red que de momento una semana más le deja en la segunda plaza de LaLiga. Mendilibar, que vino a atender a un moribundo Sevilla y que puede acabar liderando a un campeón se mostró muy disgustado con el resultado final y con las muchas expulsiones de su equipo últimamente y por eso dice que «nos enfadamos muy rápidamente y eso no puede ser. Debemos controlar esas situaciones».

Los dos equipos, Sevilla y Real Madrid se repartían el dominio y también la falta de profundidad con un toma y daca insulso por parte de los dos equipos que no se jugaban nada. El gol del Sevilla en su único disparo a puerta en la primera mitad, salió al paso de ese Madrid que tardó 33 minutos en hacer su primera falta, que curiosamente acabó en amarilla a Lucas Vázquez.

Ancelotti, con Camavinga para jugar en tres posiciones en poco más de media hora y puso un nueve, Álvaro Rodríguez que con el canterano llegó a tiempo de acompañar con la vista la joya que escondía este partido sin sal. Rodrygo tomó un rechace casi en área propia y corrió hacia la contraria mientras Modric y Kroos diseñaban la jugada, que volvió al brasileño ya en campo sevillista. En carrera, con pies de bailarín y dos recortes, hizo desaparecer a Montiel y mandó un pase a la red. Fue un gol con piel de seda de un futbolista excepcional al que solo le falta una cima: la jerarquía.

El Sánchez Pizjuán, pese a la derrota, despidió a los suyos deseándoles lo mejor en Budapest antes de jugar la final de la competición europea frente a la Roma de Mourinho.