El Liverpool se cita con el Madrid en Kiev pese a caer en Roma

Los italianos ganaron a los de Klopp, pero la renta de la ida fue suficiente como para conseguir su pase a la final de la Champions
2 de mayo de 2018 - Sportyou
Ya hay final de la Champions League. El Real Madrid defenderá su corona europea contra el Liverpool, pese a perder frente a una Roma que, sin embargo, no tuvo opciones de repetir la machada del Barcelona en ningún momento. Los de Klopp vuelven a una final de Copa de Europa desde la que perdieron en la 2006-2007 con el Milan en Atenas, tras hacer buena la renta de la ida frente a un equipo que no había recibido goles en casa en los últimos cinco partidos en Champions y vio cómo le hacían dos en media hora.
· Resumen y estadísticas del Roma-Liverpool
El sueño de la remontada de la Roma se esfumó antes de llegar al cuarto de hora. Un fallo defensivo de Nainggolan permitió que Sadio Mané abriese el marcador a placer. A estas los de Di Francesco se despedían prácticamente de cualquier opción de milagro, aunque la fortuna les acompañó al momento. Un buen centro al área, pero sin mayores dificultades, fue despejado por Van Dijk, con tan mala suerte para el Liverpool que le pegó un pelotazo a Milner en la cara y el rebote se metió en las mallas de Karius.
Ni lo celebraron los italianos, porque sabían que el guión no era el mismo que el del Barcelona. Los nervios, además, les atenazaron. Prueba de ello fue el segundo gol del Liverpool: la Roma no defendió bien un balón aéreo, justo después de una ocasión clamorosa de Mané a jugada de Robertson. Van Dijk y Dzeko saltaron, pero el de la Roma acabó mandando el balón hacia Wijnaldum para marcar el 1-2.
El Shaarawhy estuvo muy cerca de volver a igualar el encuentro a diez minutos del descanso, pero su disparo se estrelló en el palo. Y esta vez Milner lo esquivó, que no quería sustos. Pero eso no implicó que el partido acabase, ni mucho menos.
Tras un posible penalti que no pitaron, Edin Dzeko no faltó a su cita con el gol. El ariete de la Roma aprovechó un ligero despiste de la defensa del Liverpool para aprovechar un mal despeje del portero. El 2-2 daba alguna pequeña esperanza a la afición, pero no tuvo la suerte de su lado. Y tampoco el árbitro estuvo acertado: si en la primera parte ya les habían podido dar una pena máxima, a media hora del final no se pitó una clara mano en el área de Alexander-Arnold que podría haber supuesto el 3-2 en el marcador.
La Roma no se rindió. De hecho, apretaron mucho al Liverpool hasta el final, y sólo el buen hacer de Karius evitó una hipotética remontada. Comandados por Dzeko, los italianos superaron los 20 disparos a portería, hasta que uno de ellos entró para conseguir el 3-2 que aún no sería definitivo. Nainggolan se la jugó con un disparo desde la frontal del área, que pilló al portero del Liverpool sin margen para cazarlo.
Y es que aún en el minuto 94 el colegiado pitó penalti por mano del Liverpool, este sí, para que de nuevo Nainggolan se hiciese con el balón para poner el 4-2. Faltó un gol para la prórroga y, con ello, el sueño romanista.