Renato Sanches se destapa ante el mundo

El nuevo fichaje del Bayern de Múnich ha sido una de las estrellas de Portugal frente a Polonia, marcando el tanto del empate y tirando del equipo en los peores momentos
30 de junio de 2016 David de la Peña - Sportyou
Cuando Rui Vitoria llegó al Benfica, su primera intención fue la de modificar la idea de juego que Jorge Jesus había impregnado en el club lisboeta. Unos conceptos que habían arraigado con firmeza después de los seis años del hoy entrenador del Sporting de Portugal en el club, y el impacto de las modificaciones se tradujeron en resultados negativos. Con buen criterio, el nuevo entrenador giró el guión, y el Benfica de la segunda parte de la temporada, que acabó ganando liga y copa, viró su sistema de juego.
Vitoria mostró buen criterio, volviendo al mismo plan con el que Jorge Jesus había triunfado en el Benfica: un 4-4-2 con dos puntas, un mediocentro que guardaba la posición y tres medios muy dinámicos. El cuadro de Lisboa empezó entonces a mostrar su mejor versión, y en la misma tuvo un papel preponderante un jovencísimo producto de la cantera de los encarnados: Renato Sanches.
Sanches llegó al Benfica en 2006, y tras 8 años en el club, en octubre de 2014, debutó con el segundo equipo. Tenía sólo 17 años, y en el filial duró únicamente una temporada, ya que desde noviembre de 2015 fue indiscutible para Vitoria. Sanches fue la pieza que le faltaba al medio campo. Samaris fue su pivote defensivo, y Pizzi y Gaitán, sus alas. Vitoria necesitaba un cuarto centrocampista que tuviese recorrido, capacidad para conducir la pelota y además, que ayudase a los dos delanteros a presionar. Renato Sanches reunía todas esas cualidades y logró equilibrar todo.
Resulta curioso que fuese así, porque precisamente lo último que transmite Renato es equilibrio. Al fin y al cabo se trata de un futbolista en constante ebullición, con una movilidad tremenda, nula pausa y mucha agresividad en todo lo que hace. Pero al Benfica le faltaba justo eso para un sistema muy abierto, con dos puntas y dos extremos, y su constante actividad le hacía tapar huecos, tanto para defender como para atacar. Sin ser demasiado preciso en el pase, el regate, o a la hora de meter la pierna para robar la pelota, es capaz de dar asistencias, desbordar rivales o sumar en la fase defensiva. Quizás eso sea lo más valioso a nivel de proyección: a sus condiciones físicas, brutales, suma un atrevimiento y convicción impropias de su edad.
Eso es justo lo que ha ocurrido en el Portugal – Polonia de cuartos de final de la Euro 2016, en la que el conjunto portugués ha accedido a las semifinales de la competición. Sobre todo su primer tiempo ha sido especialmente llamativo, pidiendo la pelota constantemente cuando su selección pasaba más apuros para encontrar soluciones en campo contrario, lo que llamó poderosamente la atención, sobre todo teniendo en cuenta su edad y el hecho de que en el equipo había jugadores mucho más experimentados. Consiguió empatar el partido tras una brillante acción, y aunque en el segundo tiempo su prestación bajó, dejó claro su descaro poniendo la pelota en la escuadra en la tanda de penaltis que acabaría clasificando a su equipo. Esta noche, por si había dudas, se ha demostrado que el Bayern de Múnich ha fichado un jugador con una capacidad competitiva enorme.