Triunfo sonrojante

Un Real Madrid preso de la precipitación remonta al Al Jazira con gol de Bale (2-1) pero deja una imagen preocupante para la final, donde le espera el Gremio
13 de diciembre de 2017 - Sportyou
El Real Madrid se coló en el Mundial de Clubes después de pegarse un sofocón contra el Al Jazira. El equipo local aguantó ochenta minutos con el partido empatado pero en la enésima llegada al área certificó una remontada con tintes sonrojantes. Bale, que había entrado hacía un minuto, fue el encargado de poner la rúbrica al triunfo.
Sorpresón al descanso. Así se puede resumir lo que había sucedido en los primeros cuarenta y cinco minutos. Nadie podía pensar que el Real Madrid iría por detrás en el marcador después de haberse acercado en 20 ocasiones al área del Al Jazira sin acertar con la portería pese a las ocho clarísimas ocasiones de gol. Mucha culpa de esa sequía la tuvo el guardameta Khaseif, un desconocido que a buen seguro se convirtió en héroe a nivel mundial a medida que iba encadenando paradas a disparos francos de Cristiano Ronaldo y Benzema.
Poco daban crédito a lo que estaban viendo. Incluso cuando entró en acción en VAR para anular un tanto de Casemiro porque en la misma acción Benzema se encontraba en fuera de juego. El partido estuvo interrumpido durante cuatro minutos para añadir más morbo a todo lo que se estaba viendo sobre el campo. El paso de los minutos minó en cierta medida el caudal ofensivo del Madrid y sucedió lo que nadie esperaba. Un buen contragolpe del Al Jazira, con error garrafal de Casemiro y Achraf, propició el tanto del equipo local. Increíble pero cierto. El Madrid iba perdiendo y así se marchó a los vestuarios para reflexionar.
Si los corazones madridistas estaban alterados por lo visto hasta ese momento, el subidón fue tremendo en la primera acción del segundo tiempo. El Madrid defendió de manera horripilante un saque de esquina a favor y en el contragolpe Achraf y Kovacic se hicieron un lío para dejar a dos jugadores contra Keylor Navas. La jugada acabó en gol pero el VAR determinó que el delantero local estaba en fuera de juego.
Resopló el Madrid, incapaz de hilvanar una jugada, pero quedó atrapado en la espiral de la precipitación. Cierto es que Benzema desperdició clarísimas ocasiones y que estrelló dos balones contra el palo. El caminar del reloj fue aumentando el nivel del sonrojo para el Madrid. Zidane movió el banquillo y metió a Asensio y Lucas por Isco y Kovacic. Más energía para un equipo completamente ajeno al rigor táctico con muchos jugadores haciendo la guerra por su cuenta. El entrenador volvió a mirar al banco para echar mano de Bale. Acertó con el movimiento de fichas porque en el primer balón que tocó lo mandó a la red para acabar con el suplicio. El Madrid se coló en la final, donde le espera el Gremio.