El ‘Tiburón’ ajusta cuentas en los 200 mariposa

Michael Phelps se cuelga el oro en la carrera de los Juegos por delante de Sakai y Kenderesi y a sus 31 años manda un recado a sus rivales más jóvenes
10 de agosto de 2016 - Sportyou
Michael Phelps es el más grande de la piscina. Se ha colgado ya 21 medallas de oro a sus 31 años, una cifra inalcanzable para otro ser humano. El americano aumentó su leyenda en los Juegos de Río al proclamarse campeón en su distancia y especialidad preferidad, los 200 metros mariposa, y, de paso, sacarse la espina de los Juegos de Londres, donde fue batido por el surafricano Le Clos.
La carrera de los Juegos no defraudó. Phelps estaba herido y lo demostró desde la pileta. Entró en contacto con el agua como un rayo e impuso un ritmo infernal. En el primer cincuenta, solo otro de los míticos, Cseh, tocó antes. En el segundo largo aumentó la velocidad de sus movimientos y llegó al hito de los 100 en primera posición, seguido por Cseh y Le Clos. El ‘Tiburon de Baltimore’ aceleró de nuevo y sacó más ventaja a sus rivales en el último viraje por delante de Le Clos y del japonés Sakai.
Los últimos cincuenta metros arrancaban con una clara ventaja de Phelps sobre sus rivales. Parecía imposible que nadie le diese alcance, pero hubo emoción porque acusó el esfuerzo del trepidante ritmo en los tres largos anteriores. Con Le Clos y Cseh casi hundidos en la prueba, Phelps solo tuvo que ocuparse del arreón final de Sakai, que fue plata, y del joven húngaro Kenderesi, bronce.
La imagen de un desafiante Phelps subido en una corchea con la piscina ya vacía de rivales solo puede interpretarse como ‘el rey ha vuelto, viva el rey’.
Otra medalla en el relevo
El día fue completo para Phelps. Minutos después le tocó saltar al agua para disputar el relevo 4×200 estilo libre. Hizo la última posta para colgarse su medalla número 25 en su carrera, 21 de oro. Un recital con el más grande en plan estelar.