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22 de marzo de 2023 22/03/23

Euro 2016

Payet, mago y héroe de Francia ante Rumanía

Dimitri Payet

La anfitriona se lleva el partido inaugural de la Euro 2016 en el último suspiro, gracias a un golazo del jugador del West Ham (2-1)


10 de junio de 2016 - Sportyou

El partido inaugural de la Euro 2016 vino a dar la razón a quienes aseguran que durante el próximo mes asistiremos a un torneo igualado. Rumanía estuvo a punto de dar la primera sorpresa, a tres minutos de aguar el estreno de la anfitriona, Francia. Payet, el mejor del partido con diferencia, coronó su actuación con un zurdazo sensacional directo a la escuadra.

Descontado su gol, Rumanía dio dos sustos a Saint-Denis, uno al principio de cada tiempo. Stancu fue protagonista en ambos. En el primero, con los últimos ecos de La Marsellesa aún retumbando en el Stade de France, estrelló en el meta Lloris un saque de esquina peinado en el primer palo hacia el segundo. Rumanía sorprendió a la anfitriona con una fuerte presión, aunque el empeño duró poco.

Francia reaccionó. Giroud dio un aviso y, al cuarto de hora, Griezmann estrelló un cabezazo en el poste. La jugada la había iniciado Pogba, acostado a la derecha en el mediocampo de Deschamps, que abrió para la subida de Sagna por esa banda. Rumanía dejaba huecos por el centro de la zaga y cualquier pase a la espalda de los defensas amenazaba con rasgarla.

El mayor peligro para Rumanía, no obstante, tenía nombre propio: Dimitri Payet. El crack del West Ham apareció por un lado y por otro dejando un reguero de calidad a su paso. Para colmo, Rat se olvió de él en un saque de banda y a punto estuvo de marcar Griezmann. Rumanía presionaba bien en mediocampo, pero creaba poco peligro.

Payet, por todas partes

El segundo aviso rumano, el que vino justo tras el descanso, fue una media tijera que Stancu armó cayéndose. En el otro área, Payet seguía armándola. Primero sacó un centro para Pogba, cuyo tiro centrado rechazó Tatarusanu. Y luego, desde el otro costado, sirvió el 1-0 a Giroud. El delantero del Arsenal sacó el brazo en su salto con el portero rumano, que reclamó falta.

Aunque había costado abrir la lata, Evra se empeñó en tirar los frutos por la borda sólo siete minutos más tarde, con un absurdo penalti a Stanciu que transformó Stancu.

Deschamps demostró que no se casa con nadie y prescindió de sus dos grandes estrellas: primero de Griezmann y luego de Pogba, relevados por Coman y Martial. Pero el mejor jugador de Francia seguía en el campo. Con menos ruido que sus compañeros de Atlético y Juventus, Payet sacó un latigazo cuando el partido agonizaba y puso de nuevo a Saint-Denis a rugir. Con el tiempo cumplido y el resultado al fin a favor, Deschamps le mandó al banquillo. Y se sentó emocionado, entre una ovación y lágrimas.

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