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LaLiga Santander

Orellana transforma al Valencia

Fabián Orellana Valencia CF

El chileno ha cambiado en tres partidos hasta el sistema de juego de Voro


22 de febrero de 2017 Chema Mancha - Sportyou

La bronca entre Fabián Orellana y Eduardo Berizzo en el vestuario del Celta de Vigo es, seguramente, lo mejor que le ha pasado al Valencia CF en 2017. Gracias a esa trifulca el entrenador argentino lo repudió, no quiso volverlo a ver y el Valencia pescó.

El Valencia lo consiguió cedido con una opción de compra obligatoria de tres millones de euros si se da una condición muy asequible. Hacía cuatro meses el Celta les había pedido 15 millones por él. Y contra todo pronóstico una desmembrada dirección deportiva actuó con presteza para cerrar el fichaje.

El chileno llegó a Mestalla en el último día de mercado de invierno, para que en las oficinas de la Plaza de la Afición no perdiesen la costumbre de apurar. Pero su desembarco en la plantilla no ha podido ser más positivo. Él solo ha cambiado el sistema de juego del equipo en dos partidos.

En su debut Orellana jugó escorado en banda derecha en el habitual 4-3-3 de las últimas temporadas del Valencia. Nuno Espírito Santo jugaba así y el esquema se ha mantenido hierático desde entonces pese a que han pasado muchos entrenadores por el banquillo. Bueno, y también algún comentarista de televisión.

El chileno saltó al césped en la segunda mitad contra el Eibar y pese a la debacle de partido que estaba haciendo su nuevo equipo ese día, él destacó. Aportó chispa, velocidad, desborde y juego entre líneas. Parecía que aún jugaba en el Celta y no en el Valencia deprimido de los últimos meses que estaba sufriendo una regresión esa noche en Mestalla.

Algo debió de notar Voro que a su segundo partido de blanquinegro ya le entregó el sistema de juego. Contra el Betis, el entrenador de L’Alcúdia situó a Orellana en la mediapunta y del 4-3-3 pasó al 4-2-3-1.

«El sistema da igual o es el mismo porque depende de los jugadores que pongas», dijo el técnico. Visto así, es verdad. Pero claro, si pone a Orellana en la punta del trivote del centro del campo que ocupaba bien Parejo o bien Soler, por ahí ya está alterando el dibujo, por las propias características del jugador.

El hecho es que Orellana despuntó los 25 minutos que le aguantó el combustible en Sevilla, escaso debido a que llevaba más de un mes sin competir. La prueba de fuego la tenía que superar en Mestalla contra el Athletic de Bilbao. Y vaya si la superó.

El menudo futbolista fue el mejor. Otra vez en la media punta, dio un máster de cómo se debe jugar entre líneas. «Es muy difícil de marcar, porque está en un lado y de repente de aparece en el otro», apuntó Ernesto Valverde tras caer 2-0 a manos del equipo liderado por este jugador.

Voro le sustituyó para administrar sus fuerzas de cara al encuentro contra el Real Madrid. Mestalla se puso en pie ante su exhibición. Una asistencia y la clave del partido.

Pero no sólo ha aportado fútbol. Orellana ha aportado además experiencia. Sus 31 años le hacen ver las cosas diferentes a la mayoría de chavalines de la plantilla. Una de las imágenes más llamativas desde su llegada es, precisamente, una de las que más inadvertidas ha pasado. Ocurrió en el túnel de vestuarios del Benito Villamarín, en su segundo partido. Antes de salir al campo era Orellana el que arengaba a todos los compañeros. Capitán a su segunda aparición como valencianista.

Lo más probable es que Voro lo siga poniendo de titular en la mediapunta contra el Real Madrid. En ese 4-2-3-1 que tan bien le ha funcionado contra el Athletic. Orellana acaba de llegar y ya es medio equipo.

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