El nuevo Milan regresa a Europa

El renovadísimo proyecto del siete veces campeón de Europa vuelve a la competición continental, donde debutará frente al Austria de Viena en la Europa League
14 de septiembre de 2017 David de la Peña - Sportyou
En 2012, Zlatan Ibrahimovic y Thiago Silva tomaron la decisión de abandonar el AC Milan. Era el punto de partida a un caminar por el desierto que se ha extendido, de momento, hasta el verano de 2017. Silvio Berlusconi, que llevaba varias temporadas aportando una importante cantidad de dinero cada año para cuadrar las cuentas de la entidad rossonera, decidió echarse a un lado, y hasta que ha llegado la compra del club por parte de un consorcio chino, con Li Yonghon al frente, la mítica entidad italiana ha estado bajo mínimos.
El gasto con los nuevos propietarios ha sido enorme, y este verano se ha producido un lavado de cara radical de la plantilla. Bonucci (42M€), André Silva (38M€), Conti (25M€), Çalhanoglu (22M€), Ricardo Rodríguez (18M€), Musacchio (18M€), Biglia (17M€), Kessie (cedido con opción de compra obligatoria de 28M€), y Kalinic (cedido con opción de compra obligatoria de 26M€) han sido las incorporaciones. En total, cerca de 234 millones de euros para iniciar un proyecto que devuelva al club donde su historia merece.
Un proyecto en pañales
La contundente goleada sufrida en la última jornada de la Serie A ante la Lazio demuestra algo que parecía evidente: el proyecto de Vincenco Montella aún necesita definirse. No está claro el dibujo ni el plan de juego, y si bien es cierto que conociendo al técnico italiano puede esperarse que ciertos conceptos sean inamovibles, el mercado de fichajes y la categoría de las incorporaciones realizadas puede llevarle a construir un equipo con matices diferentes a lo que ha sido habitual a lo largo de su carrera.
La salida de balón pausada y por abajo sí es algo que no se negociará. No sólo porque sea del gusto de Montella; los fichajes de Bonucci, Musacchio y Ricardo Rodríguez, a los que podemos sumar la incorporación de Biglia y la presencia de Montolivo, hacen que este rasgo vaya a ser un pilar del sistema. De hecho lo estamos viendo con continuidad en este arranque de temporada, aunque aún sufrirá modificaciones. Bonucci, Musacchio y Ricardo Rodríguez -que ha empezado como lateral izquierdo en una línea de cuatro- afrontan la responsabilidad de esos primeros pases, y lo cierto es que es lo que mejor está funcionando hasta el momento.
La primera prueba hace aguas
Montella ha empezado con un 4-3-3 que, de momento, no está funcionando. Es cierto que aún falta ir incluyendo en la alineación algunas piezas importantes, pero aún con sus entradas -Romagnoli, Kalinic o André Silva- la sensación es que esta idea tendrá que ser muy matizada para ser la definitiva. Los primeros pases -Ricardo Rodríguez retrasa su posición si el rival defiende con dos delanteros para crear superioridad numérica- son buenos, pero en campo rival la cosa se está enquistando.
Biglia o Montolivo ayudan a que se generen ventajas desde atrás, pero el resto de piezas no ayudan a ser dominantes con balón, una idea que Montella ha tratado de desarrollar a lo largo de su carrera, especialmente en la Fiorentina. Kessie es un interior con bastante recorrido y cierta calidad técnica pero con poco peso en un circuito de pases, mientras que el otro interior tampoco ayuda. Çalhanoglu es un finalizador, pero su continuidad en el juego -ya sea para desbordar o para organizar- es pobre. Montolivo, que jugó ahí ante la Lazio, buscaba recepciones demasiado atrás, y sin líneas de pase abiertas en tres cuartos de campo, el equipo no lograba progresar.
El tercer problema para desarrollar esta idea está en la última línea. Suso encaja sin duda: desde la banda derecha ayuda a que los pases tengan continuidad, y además finaliza jugadas, con disparo o asistencia, pero Cutrone o Borini sólo están enfocados a acabar acciones. Borini rompe y ataca el área, mientras que Cutrone es un punta muy enérgico que también busca movimientos verticales. En principio, grandes complementos, pero sin la finura necesaria para participar en una cadena de pases que permita al equipo juntarse en campo rival y desde ahí, generar la ventaja en ataque, o recuperar la pelota tras la pérdida con cierta facilidad.
Las alternativas
Al término del encuentro ante la Lazio, Montella reconoció que su idea era asentar la defensa de tres centrales. Bonucci se ha destacado como uno de los mejores zagueros del mundo en el rol de líbero, y en plantilla están Musacchio y Romagnoli, que pueden ser complementos de lujo. Ese paso a los tres centrales permitiría varias cuestiones: mantener la calidad en los primeros pases dándole a Bonucci todo el panorama para organizar, permitir a Ricardo Rodríguez y Conti ganar metros dejando tres hombres fijos en la transición defensiva, e incluir con más facilidad a Kalinic y André Silva, una pareja de puntas que puede acabar siendo perfectamente compatible.
En su carrera, a Montella le ha gustado jugar con un mediocentro y dos interiores, así que a priori puede buscarlo también en el Milan. Las alternativas se amplían, ya que al tener esos tres centrales todo puede encajar mejor con los futbolistas de plantilla. Conti y Rodríguez ofrecerían una línea de pase más arriba, mientras que, en caso de elegir a Montolivo o Biglia para la posisición de mediocentro, las alterantivas en los interiores son muchas, dependiendo de las necesidades. De un creativo y ofensivo Suso-Çalhanoglu, se puede pasar a algo más dinámico sin la pelota como Kessie-Bonaventura. Dejar tres hombres en la zaga, sumado al mediocentro y el retorno de los laterales, hace que cualquier combinación pueda encajar sin que la transición defensiva se vea demasiado dañada.
Otra opción sería que Montella “copie” el modelo que Antonio Conte ha establecido en el Chelsea. El napolitano tiene en plantilla grandes atacantes, y formar un trío con futbolistas de entre Suso, Kalinic, Çalhanoglu, André Silva o Bonaventura puede ser realmente dañino. Con Bonucci, la figura del “regista” podría pasarse por alto, ya que es un papel que el exjuventino puede hacer desde la posición de central. Su buen tacto para lanzar envíos precisos de 40 y 50 metros podría ayudar a desarrollar un modelo de transiciones rápidas, algo que potenciaría a Kalinic. Además, la figura de un doble pivote -Montolivo y Biglia- puede ayudar a que los dos encuentren espacio para armar jugadas desde atrás, y formarían una pared para la transición defensiva antes de que el rival tenga que llegar contra los tres centrales.