La carambola de Nick Foles: de desahuciado a MVP de la Superbowl

Su profunda fe religiosa le hizo aguantar en el deporte después de una lesión de hombro grave que le hizo rondar la retirada
5 de febrero de 2018 - Sportyou
El gran protagonista de la Superbowl 2018 no fue Tom Brady, o no al menos de manera positiva, sino Nick Foles. El héroe del primer título de Philadephia Eagles ha visto recompensada su lucha contra la adversidad, y en apenas año y medio, ha pasado de estar con pie y medio en su casa como ex jugador de fútbol americano a ser nombrado MVP de un partido que ya es historia, y a él en el tercer quarterback que gana el ‘tazón’ tras jugar tres partidos o menos en temporada regular.
Además, desde este domingo es el primer quarterback suplente que gana una Superbowl desde que lo hiciera el propio Tom Brady en 2001. 28 pases completados de 43 para 373 yardas, y tres anotaciones permitieron esa victoria de los Eagles frente a los todopoderosos Patriots. Hace apenas dos meses ni siquiera estaba en las quinielas que eso ocurriese.
La lesión de Carson Wentz a principios de diciembre (se rompió el cruzado) obligó al entrenador Doug Pederson a darle galones a Foles, un gigante de 1,94 metros y 110 kilos de 29 años rebotado desde St. Louis y Kansas que llevaba en el equipo desde principios de temporada y apenas había jugado. Su actuación en las semifinales ante Minnesota Vikings le devolvió la confianza, y los focos empezaron a fijarse en él.
Es la culminación de una vida profesional basada en no rendirse nunca. Su lesión en el hombro en 2013 le destrozó su carrera, y desde entonces no volvió a ser el mismo, con el punto más bajo en julio de 2016. St. Louis Rams (hoy Los Ángeles Rams) le despidieron y se planteó seriamente dejar el deporte. Sólo su profunda fe religiosa (quiere tomar los hábitos para ser pastor cuando se retire) le hicieron seguir, aunque sabía que no iba a ser protagonista. O eso pensaba.
Nick Foles with the absolute DIME! #SBLII https://t.co/xVaZmET7Y0
— NFL (@NFL) February 5, 2018