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La Tribu

Mister Chip: «Los datos son mi forma de volcar mi pasión por el fútbol»


29 de enero de 2011 Iñaki Cano - Sportyou

[FLASH https://www.youtube.com/watch?v=l8AS_lKb12A w=640 h=385]

Alexis Martín-Tamayo es ingeniero informático. De lunes a viernes trabaja en Telefónica y, como tanta gente, utiliza las redes sociales para comunicarse. Lo que no es tan habitual es su número de seguidores: más de 50.000, fruto de su pasión por el fútbol y por la estadística. Alexis es Mister Chip, el sobrenombre con el que le bautizó Javier Ares cuando le fichó hace ya más de tres años para su programa ‘Radio Estadio’ de Onda Cero. Cada fin de semana, Alexis descubre los datos más curiosos de la actualidad deportiva. Cuando le pedimos que consulte en su base de datos quién va a ganar la Liga BBVA, nos avisa: «Mucha gente confunde la estadística con las dotes adivinatorias. Lo que dice la estadística es que las cosas tienden a cumplirse, no que se cumplan siempre».

¿Cómo se lleva eso de tener 50.000 seguidores en Twitter?
A gusto y con orgullo. Ha costado trabajo pero es un orgullo que a tanta gente le interese lo que escribo, aunque se trate de números y cosas que puedan resultar farragosas.

Cuando llegas al mundo de la comunicación y de la radio, ¿te imaginas que ibas a alcanzar esta popularidad?
No, para nada. A lo mejor en el mundillo la gente sí me conoce, pero no hay tanta popularidad, Onda Cero es una radio modesta, pese a ser la segunda de España.

¿Cómo te ha cambiado la vida el Twitter?
Me la ha cambiado, sobre todo, porque tengo que dedicarle muchas horas al ordenador, pero he conocido a muchísima gente.

¿A gente que admirabas?
Sí. La primera persona que admiraba a la que conocí, no gracias a Twitter pero sí a la radio, es Javier Ares, que ahora es mi jefe en Onda Cero. Le escuchaba desde pequeñito y encontrarme con él cara a cara cuando nos entrevistamos fue un shock, y trabajar con él ya ni te cuento.

¿Cómo llegas a la radio?
Un poco por casualidad. El mundillo me gustaba, sigo mucho todos los programas, también de otras emisoras. El podcast me ha solucionado la vida. Antes tenía que hacer ‘zapping’; ahora me escucho ‘Al primer toque’ en directo, luego ‘El Larguero’ y, cuando me levanto, me pongo a escuchar el de Cope. Estoy informado y enterado de todo, algo que antes no podía hacer. Hace unos años, cuando los programas se repetían a las cuatro o cinco de la mañana, me levantaba para escucharlos y poder estar enterado de todo. A raíz de esta afición, me apetecía compaginar la radio con la búsqueda de curiosidades y estadísticas deportivas.

¿Y cómo lo compaginas tu trabajo en Telefónica?
Durmiendo muy poquito, sacando horas de donde no las tengo. En Telefónica tengo un horario un poco chungo, como todo el mundo, porque trabajo de ocho a diez horas diarias de lunes a viernes. Trabajo mucho de madrugada y duermo cuatro o cinco horas al día. No me da tiempo a más.

¿Y salir de fiesta?
Es complicado. Cuando mis amigos salen, yo estoy trabajando, porque el Radio Estadio lo acabamos el sábado a la una de la madrugada.

¿Por qué el apodo de ‘Mister Chip’?
Es cosa de Ares. Le envié una cartita diciéndole a qué me dedicaba, qué cosas podía hacer… Y el primer día que me lo encontré cara a cara en una entrevista me dijo: “Todo esto que me cuentas está muy bien, pero no lo puede hacer una persona: lo tiene que hacer un personaje. Ya te diré cómo te vas a llamar”. Así que el primer día me soltó en directo lo de Mister Chip, me puso una sintonía y yo, callado, que era lo que tocaba. Y oye, tenía visión el hombre.

¿Cómo empezaste a recopilar datos? Porque yo coleccionaba cromos, tebeos…
Así hemos empezado todos, coleccionando cromos. Desde los 4 o 5 años yo tenía mis colecciones de cromos de la Liga. Lo primero es la pasión por el fútbol. Vas anotando tus reflexiones, empiezas a contar alineaciones, ves que 50 alineaciones no caben en un folio y empiezas a codificarlas, llamas a los jugadores con unas iniciales… Así hacia sobre 1988. Luego vinieron los ordenadores y pasé a informatizarlo todo. Hay mucho trabajo de hemeroteca, porque había mucha historia del fútbol por detrás.

¿Cómo encuentras esos datos tan curiosos?
Lo primero y más importante es tener la información bien organizada. Lo segundo, también fundamental, tener mucha memoria y haber visto mucho fútbol, saber lo que es normal y lo que no. En la radio trabajo con una hoja de Excel muy normalita con muchos tipos de consultas inmediatas. En casa utilizo herramientas y bases de datos para introducir información o realizar consultas más complejas.

A Maldini (As, Canal+) se le veía como un tipo extraño en el fútbol y ha sido el origen de gente como tú, especialistas.
El que tiene pasión por el fútbol la vuelca según sus gustos. Maldini volcó la suya viendo mucho fútbol, conociendo muchos jugadores… Y tuvo una visión de que iba a hacer carrera conociendo lo que no conocía nadie: el fútbol internacional. Yo la volqué en otro aspecto: buscar datos, curiosidades, leyendas…

50.000 seguidores es algo muy gordo. Eres una especie de ‘celebridad’ tuitera, y en Sudamérica tus estadísticas son referencia.
Lo que sí noto es mucho cariño. No me identifico con eso de celebridad, pero tengo mucha interacción, que para mí es lo más importante de twitter: saber qué interesa y qué no, qué gusta o no… Evidentemente, agradezco que tengan ese concepto de mí, claro que gusta.

Yo no soy el primero en hacerte una entrevista. ¿Cuántas llevas?
Muchas. En el Mundial había en el IBC (centro de prensa) tanta concentración de periodistas, sobre todo sudamericanos, que cuando se empezó a correr la voz de que estaba allí el tío ese del Twitter, empezaron a llegar a nuestro set medios de México, Argentina, Italia…

Imagino que, cuando coleccionabas cromos, soñarías con ir a un Mundial.
Si yo tengo pasión por el fútbol, lo del Mundial es otra escala. Desde que yo vi mi primer Mundial de pequeñito, mi vida giraba alrededor de ganar la puñetera copa. Era algo que me tenía totalmente comido y obsesionado. Ha sido una liberación enorme. Que haya coincidido mi primer Mundial en los medios con cumplir ese sueño de pequeño ha sido una explosión de alegría. A veces lo pienso y no me lo acabo de creer.

¿Puedes definir ese momento?
No. Fue una alegría inmensa, pero también pánico y un punto de desesperación. El día antes de la final le pregunté a Ares: ¿ahora con qué me obsesiono yo? Y me dijo: “Pues nos retiramos”. Me desmayé durante el partido de Paraguay, me tuvo que levantar un compañero. Con el penalti de Cardozo empecé a ver las estrellas, y con el fallo de Xabi Alonso ya ni te cuento.

Tú y yo nos conocimos en una #twitterbronca. ¿Cómo las llevas?
Están entretenidas. La que tuvimos nosotros me supo mal, porque eres una de esas personas a las que admiro. Lo malo o bueno de twitter es que solo hay 140 caracteres y hay cosas complicadas de explicar. Pero oye, se arregló.

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