Michelin se la juega en Europa

El «doblete americano» ha sido un reto mal digerido por el nuevo suministrador único de neumáticos de MotoGP. En Argentina se tuvo que forzar una carrera con parada en boxes; y en EE.UU. se probó un nuevo neumático (fabricado de urgencia en una semana) de una dureza extraordinaria. Las caídas se multiplicaron, no sólo en […]
11 de abril de 2016 Revista del Motor - Sportyou
El «doblete americano» ha sido un reto mal digerido por el nuevo suministrador único de neumáticos de MotoGP. En Argentina se tuvo que forzar una carrera con parada en boxes; y en EE.UU. se probó un nuevo neumático (fabricado de urgencia en una semana) de una dureza extraordinaria. Las caídas se multiplicaron, no sólo en carrera; y todos los «top riders» del campeonato se arrastraron por los suelos a lo largo del fin de semana.
Marc Márquez en la pole, Jorge Lorenzo en el warm up. Valentino Rossi y Dani Pedrosa, en la carrera. Todos, perdiendo de repente, el contacto de la rueda delantera. Se da la circunstancia que tanto MotoGP como Michelin acordaron, ya durante el desarrollo de los test de 2015, que había que conseguir una goma trasera con un grip excelente que eliminase las caídas «highside» o como decimos en España, saliendo «por orejas» de la moto. Por decirlo de otra manera, y como confirmó el propio Márquez a los medios ya en los test de Cheste de noviembre pasado, se quería limitar el riesgo de caídas a la rueda delantera.
Quejas de los pilotos
Tras el desastre de Termas, llegaron las gomas como piedras, a Austin. El primero en alzar la voz fue Dani Pedrosa, que se lamentaba de no poder hacer nada para rendir con ellas; teniendo que jugársela a la opción blanda, cuya duración para todas las vueltas no estaba garantizada por el suministrador. Maverick Viñales acabó visiblemente enfadado con su neumático trasero tras su cuarto puesto, a más de 20 segundos de la cabeza. Valentino Rossi quiso asumir como error propio su caída, pero reconoció que los Michelin son muy exigentes y ni avisan, ni perdonan. Jorge Lorenzo sí reconoció que se cae ahora mucho más que antes; y que echa de menos aquel delantero de la firma japonesa.
Falta de equilibrio
Es evidente que queda mucho trabajo por delante para llegar al equilibrio que ahora no tienen, los neumáticos Michelin de MotoGP. Los tres primeros Grandes Premios han sido un laboratorio de pruebas que ha demostrado, además, el poco avance que se consiguió con los test de 2015 en el que se implicaron (y se cayeron con gran riesgo) los pilotos oficiales que se jugaban el título, aún en la era de los Bridgestone.
MotoGP llega a Europa, donde Michelin tiene información de sobra de los circuitos. Jerez, Le Mans, Mugello, Montmeló, Assen y Sachsenring, por este orden, son los escenarios donde el Bibendum se juega su prestigio y la confianza de unos pilotos que han visto crecer las estadísticas de las caídas de forma exponencial.