… Y a las 26 medallas, Phelps se emocionó como con la primera

El nadador iguala a Carl Lewis y Al Oerter como únicos deportistas en encadenar cuatro oros olímpicos en la misma prueba
12 de agosto de 2016 - Sportyou
Cuando parece que no hay récord que aún pueda superar, Michael Phelps se las apaña para agrandar un poco más su leyenda. El nadador que dejó las piscinas en Londres 2012 con el mejor palmarés olímpico jamás visto tenía una forma sencilla de aumentarlo: volver. Y así, con Río 2016 se le presentó una oportunidad de lograr lo que solo Carl Lewis y Al Oerter habían hecho antes: encadenar cuatro oros olímpicos en la misma prueba, los 200 estilos. En el podio, se emocionó como si fuera la primera vez. Él, que ha ganado más que nadie, se esforzó por reprimir las lágrimas en el podio mientras sonaba el himno de Estados Unidos.
El longevo Phelps cerró anoche el círculo abierto en Atenas 2004, una tiranía de 12 años. Se esperaba eso sí que la final fuera un duelo con su rival y amigo Ryan Lochte, que sólo aguantó el pulso hasta el ecuador, con la mariposa y la espalda. Tras la braza, Phelps se quedó solo. Thiago Pereira, el ídolo local, gastó toda la pólvora en el primer largo, en el que llegó a nadar en tiempos de récord del mundo. Fuegos de artificio. Phelps, a lo suyo, tocó el muro justo por detrás, administró los tiempos y acabó hecho una furia, nadando muy por delante del resto. Toda una metáfora.
Lochte, sin medalla
La final de 200 estilos de Londres 2012 entre Phelps y Lochte estaba a llamada a cerrar una rivalidad histórica, cimentada una década antes y alimentada durante tres Juegos Olímpicos y los campeonatos del mundo celebrados durante sus correspondientes olimpiadas. Aquella final sonrió a Phelps, que conquistó su vigésima medalla olímpica tras anunciar que no volvería a nadar tras la clausura. Pero se lo pensó mejor y, cuatro años después, aceptó una vez más el envite. Es la cuarta medalla de Phelps en estos Juegos, la vigésimo sexta de su insuperable palmarés olímpico (22 de oro, 2 de plata y 2 de bronce). Sólo comparado con él puede resultar menos impresionante el de Lochte, con once. Esta vez acabó quinto. La plata fue para el japonés Kosuke Hagino y el bronce, para el chino Shun Wang.