Márquez, el mayor villano de la historia de la MLS

La MLS ha tenido varios jugadores que han sido considerados como ‘los malos del paseo’, pero quien encabeza ese ranking es el mexicano Rafael Márquez. Su carácter volátil lo hizo un jugador difícil, no solo dentro de la cancha, sino fuera  de ella. El listado también tiene a David Beckham, Blas Pérez, Carlos Ruiz y Steven Lenhart.

El mexicano ha sido considerado como uno de los peores jugadores designados en la historia de la MLS. Su estancia fue entre 2010 y 2012 con el New York Red Bulls, sin embargo no jugó mucho y los hinchas lo silbaban desde la tribuna para que abandonara el equipo.

Entre los desagravios que se recuerdan de Márquez, está el incidente que protagonizó con Landon Donovan, jugador del LA Galaxy, al que le pegó un balonazo sin ninguna necesidad. Luego, tras dejar la competencia declaró que era una ‘liga amateur’ y que ir a ella fue la peor decisión que tomó.

Entre tanto, Steven Lenhart es recordado como un hombre bastante provocador. El ex delantero de Columbus y San Jose usaba ‘trucos sucios’ para provocar constantemente a sus rivales. Tomarlos de la pantaloneta, golpearlos sin que el árbitro lo viera o causarles caídas ‘accidentales’, eran parte de su repertorio.

El guatemalteco Carlos Ruíz es otro de los hombres con mala reputación. Y esa no pasa solo por sus continuas simulaciones en áreas rivales o para quemar tiempo, sino por convertirse en un verdadero dolor de cabeza para la gente del Dynamo. En repetidas ocasiones el ‘pescadito’ protagonizó diferentes altercados con los anaranjados, debido a su condición de archirivales.

Blas Pérez también está en la desafortunadalista. El panameño se convirtió en el ‘Neymar’ de la MLS. Sus continuos teatros para simular faltas se convirtieron en la desidia de los rivales. Cualquier roce de un rival era causal de un ‘piscinazo’ del jugador que estuvo en Dallas FC y Vancouver Whitecaps.

El último es uno de los que poco creerían que fuera considerado así, se trata de David Beckham. El inglés no rindió como se esperaba en el LA Galaxy, recibió continuas críticas de sus compañeros y ahora, con su idea de obtener una franquicia, se ha ganado el ‘odio’ de varios dirigentes. Y es que el inglés apenas pagará 25 millones de dólares por obtener el permiso para el equipo, mientras que los demás han llegado a los 150 millones de dólares. Una cifra completamente ínfima, pero que fue una de las condiciones para que el jugador llegara a Estados Unidos.