Federer amplía su leyenda

Gana el Abierto de Australia en una gran final ante Cilic en 5 sets y se convierte en el primer jugador que gana 20 Grand Slam
28 de enero de 2018 - Sportyou
Espectacular, extraordinario, increíble… Se agotan los calificativos para resaltar lo que sucedió en la final del Abierto de Australia que disputaron Roger Federer y Marin Cilic. Ganó el viejo rockero, el maestro Federer, para a sus casi 37 años sumar su sexto título en Australia y el vigésimo Grand Slam de su carrera.
La final comenzó como poco esperaban. Roger Federer tiró de su tenis cartesiano, castigando el revés de Cilic, para colocarse con un 4-0 en el marcador después de dos roturas de servicio. No tardó el suizo en cerrar el set para ponerse por delante con un 6-2 en un abrir y cerrar de ojos.
Muchos pensaron que la final sería un paseo para el viejo rockero sin embargo Cilic cogió confianza con la derecha y sofocó el paseo que se avecinaba. Se instaló la igualdad en el partido y el segundo set llegó hasta el ‘tie break’, donde el croata fue más firme en los golpes definitivos. Había final.
Despertó Federer en el tercero y fue suficiente una rotura de servicio para anotarse el set. Cilic sufrió un pequeña crisis de juego que se prolongó hasta el segundo juego de la cuarta manga. Parecía que la final estaba inclinada del lado de Roger con esa nueva rotura pero Cilic volvió a meterse en el partido. Recuperó su break y volvió a romper el saque de Roger para ponerse 5-3 y saque. No desaprovechó la oportunidad y ganó el set 6-3 en medio del delirio de la grada, que estaba asistiendo a una clase histórica de tenis por ambos jugadores.
Había que jugar el quinto set, donde llegaba Cilic en plan ciclón. Sin embargo, Roger supo sobreponerse a la situación. Ganó con dificultad su saque y rompió el de Cilic en el siguiente. Con bastantes apuros se llevó el saque de la confirmación del ‘break’ y se puso 3-0. Cilic respondió con un juego en blanco. Federer le devolvió la misma moneda (4-1). En el sexto juego se derrumbó Cilic y Roger consumó el asalto para situarse a falta de un juego. La leyenda no perdonó y se adjudicó su sexto título en Melbourne.