Lippi, un cerebro privilegiado para China

El decepcionante rendimiento que está teniendo la selección china en su camino al Mundial de Rusia en 2018 -acceso que ya tiene realmente complicado- ha provocado la salida de Gao Hongbo de su banquillo, y la federación busca ahora una medida desesperada para tratar de conseguir una clasificación que en este momento parece, prácticamente, una […]
20 de octubre de 2016 - Sportyou
El decepcionante rendimiento que está teniendo la selección china en su camino al Mundial de Rusia en 2018 -acceso que ya tiene realmente complicado- ha provocado la salida de Gao Hongbo de su banquillo, y la federación busca ahora una medida desesperada para tratar de conseguir una clasificación que en este momento parece, prácticamente, una utopía.
Para ello ha apuntado a Marcello Lippi, que no sólo conoce de primera mano el fútbol chino, también tiene una impresionante experiencia en Europa. Lippi comenzó su carrera como entrenador en las categorías inferiores de la Sampdoria -su principal club como jugador-, y a partir de ahí comenzó una carrera que le catapultó al nivel más alto que se podía imaginar.
Después de entrenar a numerosos clubes de segunda fila, llegó al Nápoles en la temporada 93/94, en un equipo que ya no contaba con Diego Armando Maradona. A pesar de ello, Lippi consiguió aupar al equipo hasta la sexta posición de una competida Serie A, lo que le sirvió para que la Juventus confiase en él para ser el antídoto de un AC Milan que asombraba a Europa, primero con Sacchi y después con Capello en su banquillo.
En la Juventus tuvo dos etapas, y es sin duda el club italiano que le catapultó al éxito. La primera fue entre 1994 y 1999, y la segunda, entre 2001 y 2004. Entre ambas consiguió ganar la Serie A en 5 ocasiones, la Copa de Italia en una, y una vez la Liga de Campeones. Aquello le ubicó en un puesto de honor en el corazón de la hinchada bianconera.
No obstante, esa popularidad se elevó cuando en el año 2006 llevó a las vitrinas de la federación italiana el ansiado Mundial. Fue el momento en el que su carrera en Europa tocó techo, y después de intentar repetir logros -sin éxito- con la Nazionale en la Eurocopa de 2008 y el Mundial de 2010, decidió que era el momento de hacer las maletas y buscar nuevos horizontes.
Un gigante en ciernes, Guanghzou Evergrande, consiguió convencerle para que liderase su ambicioso proyecto. Allí logró ganar tres ligas y, el éxito más importante, la primera Liga de Campeones de Asia de su nuevo club. Ese bagaje en China ha hecho que la federación se haya acordado de él para intentar revertir esta complicada situación, y a pesar de que el reto sea mayúsculo, pocos entrenadores parecen más capacitados que él para abordar el problema.