Las Vegas, ciudad del pecado y el deporte

Los Golden Knights, un equipo en expansión de la NHL, empezará a competir la próxima temporada y cada vez está más cerca la mudanza de los Raiders de la NFL
20 de diciembre de 2016 Antonio Gil - Sportyou
La ciudad de Las Vegas siempre es uno de los destinos recurrentes cuando se habla de la reubicación de alguna franquicia deportiva norteamericana sin demasiado futuro en su ubicación actual. Sin embargo, por un motivo u otro, nunca acaba materializándose la mudanza. Nunca… hasta ahora. De repente, sin casi aviso previo, Las Vegas será la casa de un equipo de hockey sobre hielo de la NHL y, muy posiblemente, de un conjunto de fútbol americano de la NFL. Estamos hablando de Las Vegas Golden Knights y Las Vegas Raiders.
Caballeros sobre patines en Nevada
Las Vegas será el territorio de los Golden Knights, un equipo en expansión de la NHL, que empezará a dar guerra desde la temporada 2017-18. Ubicada en la División Pacífico, dentro de la Conferencia Oeste, la franquicia se convertirá en el primer equipo profesional de la ciudad y el primer conjunto en expansión de la NHL desde el año 2000, y contará con una plantilla formada gracias a un draft de expansión que permitirá a la franquicia contar con un roster de jugadores relativamente competitivo desde su primera campaña en la Liga. Un factor muy a tener en cuenta para encandilar a los habitantes de la ciudad cuanto antes y crear afición en una ciudad sin ninguna tradición en el mundo del hockey, que vivirá en gran parte de los ingresos provenientes del turismo y la experiencia de asistir a un partido profesional aprovechando el viaje de turno a uno de los destinos más visitados de todo Estados Unidos.
Oakland lucha para poder retener a los Raiders
La ciudad de Oakland está entre la espada y la pared. La construcción de un nuevo estadio parece prácticamente inviable y los Raiders tienen un pie y medio en Las Vegas. La propuesta de construcción de la franquicia de la NFL presenta una arena de 1.300 millones de dólares, de los cuales 350 vendrían de fondos públicos y 400 a través de un grupo de inversión privado. El resto tendría que salir de las arcas de la propia competición y la franquicia. El problema viene cuando resulta que el propietario mayoritario de los Raiders, Mark Davis, hace ya tiempo que tiene la vista puesta en Las Vegas y un proyecto de lo más jugoso, compuesto por un estadio de 1.900 millones, cuentas saneadas y un grupo de inversores muy potente y dispuesto a hacer las cosas de una vez.