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21 de marzo de 2023 21/03/23

Fútbol

Lampard, el centrocampista para casi todo

Frank Lampard, de New York City

El inglés, que deja en el aire su retirada a sus 38 años, será recordado más allá de sus goles y quienes han coincido con él hablan de un gran profesional


15 de noviembre de 2016 Alonso Gallego Abad - Sportyou

Frank Lampard no seguirá en el New York City. A sus 38 años, el futbolista al que José Mourinho describió como el mejor jugador de la Premier League en la última década se despide de la Gran Manzana, pero deja en el aire si su futuro en el fútbol sigue sobre el césped o si cuelga las botas de forma definitiva.

Hijo de Frank Lampard Sr., lateral izquierdo que jugó casi 20 temporadas en el West Ham, y sobrino de Harry Redknapp, Lampard empezó su carrera profesional en este club precisamente con su tío como entrenador y su padre como asistente. Salió cedido al Swansea City en su primera temporada (1994-95), no jugó un solo partido de titular en la segunda y sufrió una grave lesión en la tercera, pero a partir de ahí empezó a inscribir su propio nombre en el fútbol inglés frente a quienes decían que solo estaba ahí por su apellido. En la 98-99, Lampard llevó al equipo a la quinta plaza, su mejor clasificación en la historia de la Premier League, poco antes de ser convocado por primera vez con la selección absoluta.

En 2001, Lampard Sr. y Redknapp dejaron el West Ham y el joven ‘Frankie’ decidió también hacer las maletas. El Chelsea pagó 11 millones de libras por él, un centrocampista que ya había demostrado una gran facilidad para ver portería en sus primeros años en la Premier. La llegada de Mou en 2004 a Stamford Bridge supuso el gran impulso de la carrera del centrocampista. Esa misma campaña, el Chelsea levantó el título de liga 50 años después de la primera y última vez que se habían coronado campeones hasta entonces. Lampard terminó la temporada con un total de 19 goles en su haber y fue Balón de Plata solo por detrás de Ronaldinho tras ser nombrado jugador del año en la Premier. «Es el mejor profesional con el que he trabajado. Es el que mejor se entrena, el más concentrado y comprometido. Nunca está contento con su actuación, siempre quiere mejorar y aprender. Si comete un error en un partido, al día siguiente se queda una hora más entrenándose para practicar esa situación», decía Mourinho de él durante la primera etapa del portugués en Londres.

A partir de ahí, empezó a coleccionar trofeos con y sin Mourinho en el banquillo hasta convertirse en una auténtica leyenda del Chelsea. Dos títulos más de Premier, la Champions League de 2012 y la Europa League un año después. Llegó a meter 22 tantos en una campaña y a día de hoy es todavía el máximo goleador de la historia ‘blue’. Escoltado por Claude Makelele, un auténtico pulmón que daba rienda suelta a la omnipresencia de Lampard, el Chelsea vivió sus mejores años. El francés barría y ‘Frankie’ tenía libertad para ir y venir, para aparecer donde y cuando quería y, sobre todo, para sorprender con sus llegadas al área rival. Su golpeo, además, hacía de él también una gran amenaza exterior, tanto por su tiro como por los balones que servía a los jugadores más adelantados.

Una salida polémica

Tras más de una década en Stamford Bridge, Lampard quedó libre en 2014 y decidió probar suerte en el New York City, la franquicia del Manchester City en la MLS. Sin embargo, el ‘soccer’ no arrancaba hasta 2015, por lo que se marchó a Manchester en una aparente cesión que acabaría de seis meses. En cambio, Lampard se quedó en Inglaterra todo el año y los fans en New York se preguntaban por qué no volvía cuando se suponía que estaba establecido que lo hiciera. Más tarde se supo que realmente no había firmado un contrato en Estados Unidos, sino que solo había cerrado un compromiso no vinculante con la franquicia. En cualquier caso, hizo su debut en la MLS en 2015, aunque sus primeros meses allí estuvieron marcados por constantes problemas físicos que llegaron a hacer que fuera valorado como uno de los peores fichajes en la historia de la competición. Eso sí, en cuanto le acompañó la salud, demostró que todavía tenía fútbol para rato. Ha terminado la campaña 2016 con 12 goles en 21 partidos, pero su labor en el New York City va más allá. Junto a Andrea Pirlo y David Villa, ha ejercido de líder y de figura para los jugadores jóvenes. Su entrenador, Patrick Vieira, le despidió así: «Después de un año trabajando con él, puedo decir que aporta mucho más que goles al equipo. Ha traído cosas muy importantes al vestuario: su experiencia, su mentalidad de élite y su apoyo a los más jóvenes nos han ayudado mucho este año».

La selección, su espina clavada

Lampard se fue del Chelsea en 2014 y poco después disputó su último partido con la selección inglesa. Tras jugar un único encuentro en el Mundial de Brasil, dijo adiós al combinado nacional, donde nunca llegó a exhibir ese nivel que había mostrado en su club. Participó en tres Copas del Mundo, y el único gol que anotó -su célebre zapatazo ante Alemania en Sudáfrica 2010- no fue validado. En el de 2006, fue uno de los tres jugadores que fallaron su penalti en la tanda de cuartos de final en la que Inglaterra cayó ante Portugal.

Con los ‘Three Lions’, Lampard compartió centro del campo con Steven Gerrard, un jugador de unas características similares a las suyas. Allí su rol era más de organizador, más ‘atado’ que en el Chelsea con Makelele, y no podía exhibir con tanta frecuencia su capacidad llegadora y esa facilidad para ver portería. También metió goles -29 en 106 internacionalidades- pero en Inglaterra se le echó en falta en las grandes citas. Su paso por la selección no será recordado por un gran rendimiento, pero su huella como profesional será eterna.

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