La ‘Fábrica’ funciona para otros

Este pasado domingo recibió su bautismo liguero con el Real Madrid Juan Carlos, “el galgo de Boadilla”, convirtiéndose en el primer canterano al que José Mourinho da la alternativa. Al día siguiente, Vicente del Bosque convocaba para la selección absoluta, obligado eso sí por las lesiones, a Borja Valero, otro producto de “La Fábrica”, sobrenombre con el que se conoce a la prolífica cantera del conjunto blanco.

En menos de 24 horas, la antigua Ciudad Deportiva y la moderna Valdebebas volvían a cobrar todo el protagonismo. Al contrario que Juan Carlos, Borja nunca pudo debutar en la Liga BBVA con el Madrid, y sólo tuvo 2 fugaces apariciones con el primer equipo en la Copa del Rey y en la Champions League de la temporada 2006/07, con Fabio Capello en el banquillo. Dos años antes se había proclamado campeón de Europa con la selección sub-19, junto a Silva, Albiol o Sergio Ramos entre otros, marcando un golazo decisivo en la final contra Turquía. Una brillante actuación que no le sirvió de trampolín, y como tantos otros tuvo que emigrar de la capital ante la flagrante falta de oportunidades. Mallorca, West Bronwich Albion y Villarreal le han bastado para llamar a la puerta de la “Roja”. Es un caso más, y seguramente no será el último, de lo mucho y bueno que se ha trabajado en “La Fábrica”, y de lo poco y mal que lo ha rentabilizado el primer equipo. En la última década hasta 15 canteranos merengues debutaron con la selección española, y únicamente 2 lo hicieron jugando en el Madrid, Iker Casillas y Raúl Bravo, y de éste último hace más de 7 años y medio.

El resto se habían visto obligados a marcharse en busca de un futuro mejor. Son los casos, todos ellos muy recientes, de Negredo, Diego López, Mata, De la Red, Arbeloa, Luis García, Soldado o Mista. En el mismo período de tiempo, entre el año 2000 y el 2010, la cantera del Barcelona aportó 19 jugadores, 8 de los cuales se estrenaron con España mientras vestían la camiseta de su club de origen, los últimos Bojan, Piqué, Busquets y Pedro. Odiosas comparaciones.