Bale contagia a Gales el gen ganador

El extremo del Real Madrid lideró a su país hacia unas semifinales históricas y contó con la ayuda de unos compañeros rebosantes de confianza
1 de julio de 2016 - Sportyou
Gareth Bale está en semifinales de la Eurocopa. Algo que parecía imposible cuando arrancaba en el torneo y en lo que pocos creían cuando Bélgica se cruzó en su camino. El extremo zurdo volvió a mostrar su liderazgo en Gales con participación continua en el ataque, en ambos costados y por el carril central, donde más lo necesitasen sus compañeros. Además, se encontró con una actuación estelar de sus compañeros, que firmaron un partido casi perfecto desde la defensa a la punta del ataque. Ahora, espera Portugal y ya nadie podrá sorprenderse si esta selección vuelve a triunfar.
Bale arrancó el partido en el costado zurdo, desde donde sacó un potente disparo que pegó en el lateral de la red. Luego Gales supo pronto de la debilidad de Bélgica en el costado contrario con la presencia de Jordan Lukaku en el lateral y de Denayer en el centro y desde entonces partió a pierna cambiada. En ese momento empezó a inclinarse el partido a favor de su equipo.
Como es habitual en el extremo del Real Madrid, cuando más peligro generó fue a la carrera, donde se mostró muy superior a sus rivales. Ahí probó fortuna con un disparo con el pie derecho, cruzado, que Courtois atrapó abajo. Bale se lamentó porque el golpeo no fue del todo limpio.
Con el tanto del empate el equipo creció, dominó la posesión y generó oportunidades gol. Ahí Bale no fue tan decisivo y quienes llevaron la iniciativa fueron Ramsey y Allen.
De sus botas, ya en la segunda parte y cuando más sufría Gales, nació el segundo gol, con un balón preciso en largo para el desmarque de Ramsey. Después, todo el mérito recayó en su compañero Robson-Kanu, que dejó uno de los detalles técnicos del torneo.
Bale tomó galones y pidió el balón en la mayoría de acciones ofensivas de su selección. Desde la parte central del campo y de nuevo desde la banda izquierda. Con el balón en su poder sólo surgían cosas positivas para los suyos, ya fuese mantener la posesión en campo rival o forzar acciones a balón parado, donde los británicos se mostraron superiores. Además, el físico le permitía realizar oportunas ayudas defensivas.
En el último cuarto de hora Bale tuvo que replegar a campo rival y dedicarse a cerrar espacios, como todo el equipo, mientras el tiempo corría lento y Bélgica buscaba el empate. Aunque el tanto final de Vokes alivió a Gales, que ya no pone límites a sus sueños.