España no se baja del podio

La Selección de baloncesto se impone por la mínima a Australia y se lleva el bronce en un partido disputado hasta el último segundo
21 de agosto de 2016 - Sportyou
Por primera vez en Río 2016, España supo negociar los segundos decisivos y se adjudicó la medalla de bronce en un final apretadísimo ante Australia. La revelación del torneo se marcha sin medalla por que España, pese a su mal inicio de campeonato, no se baja del podio. Las derrotas ante Croacia y Brasil condujeron a los hombres de Scariolo por un camino más difícil, con Estados Unidos en semifinales. Así que esta vez tocó bronce.
Nikola Mirotic y Pau Gasol metieron a España en el partido con 16 de los 23 puntos del primer cuarto. El alero de Chicago Bulls, cuya aportación se echó en falta en los primeros partidos del torneo, salió enchufadísimo. Pese a ciertas lagunas -un día más- en el rebote defensivo, una buena racha de triples de los lanzadores menos espeados -Reyes, Gasol y Claver dos veces- lanzaron a España en el marcador (28-40). El partido parecía camino de romperse, pero por la misma vía apretó Australia con una fuerte defensa y gracias a Mills y, sobre todo, a David Andersen. El veterano jugador hizo mucho daño y con dos tiros libres dejó a Australia intacta al llegar al descanso (38-40).
El partido se enmarañó para España, que echaba de menos la producción del perímetro. En esos casos es cuando suele aparecer Pau Gasol, y esta vez no hubo excepción. Australia anotaba al mismo ritmo, pero con mucha más facilidad, sobre todo gracias a Mills, lanzado. El desenlace fue un cuerpo a cuerpo al que también se apuntó Sergio Rodríguez cuando más falta hacían las ideas en ataque, justo lo que mejor se le da. A cada envite de España respondía Autrslia, y al revés. Con ventajas mínimas para uno u otro, el partido entró en el último minuto. De manera inexplicable, Mills falló el tiro más cómodo de toda la tarde después de haber anotado ya 30 puntos. Un gancho de Baynes entró llorando y puso el 88-87 a falta de 9,7 segundos. Se la jugó Sergio Rodríguez con una entrada a canasta, sacó la falta de Mills y convirtió con frialdad los dos tiros. Quedaban 5,4 segundos y una defensa para amarrar el bronce, la tercera medalla seguida.