El incombustible Federer

El suizo, a sus 35 años, es hoy el número 17 mundo pero no ha perdido el tenis que tantos éxitos le ha reportado. Está en semifinales y se medirá a Wawrinka
25 de enero de 2017 Alex Frutos - Sportyou
Hay que bajar la vista en el ránking de la ATP para encontrar el puesto en que se encuentra ubicado Roger Federer. Acostumbrados a ver su nombre en el ‘top ten’ hoy es preciso descender hasta el peldaño 17 para dar con el suizo. Un puesto que contrasta con su caminar en el primer Grand Slam del año, el Open de Australia, donde se ha colado en las semifinales para enfrentarse a su compatriota Stan Wawrinka.
Las leyendas del deporte tienen estas cosas. Es bueno no dudar de ellos. Federer no gana un Grand Slam desde que levantase en el verano de 2012 la copa que le acreditaba como campeón en Wimbledon. Desde entonces ha caminado con distinta fortuna por el circuito, alternando éxitos menores con un puñado de decepciones. La mayoría de la crítica le fue tributando una dulce despedida mientras los más críticos ya le habían enterrado.
La temporada pasada fue bastante floja. De hecho, no pudo disputar la segunda parte porque se lesionó en un accidente doméstico mientras bañaba a sus hijos. Ante la retirada parcial de las pistas fue cayendo puestos en el ránking. Algunos vaticinaron su final a sus 35 años. Sin embargo, Roger quería demostrar que todavía le quedaba algo de tenis. De mano de Iván Ljubicic ha cambiado algunos detalles de su juego (raqueta con menos tensión) y está más fino físicamente.
Esta pequeña metamorfosis le ha llevado hasta las semifinales del Open de Australia dejando sobre la pista muchas señas de identidad de su clase. Es cierto que se ha enfrentado a rivales de menor entidad como Melzer y Rubin en las dos primera rondas, pero en tercera se midió al cabeza de serie número 10, Thomas Berdych, al que derrotó en 3 mangas; y en octavos doblegó al japonés Kei Nishikori, cabeza de serie número 5, en cinco apasionantes sets.
Aquí se podría ubicar el punto de inflexión del trabajo de Federer en este torneo. Ganar al japonés no está al alcance de cualquiera. Roger está preparado, física y mentalmente, como demostró en los cuartos, donde ganó al alemán Mischa Zverev, un rival inferior pero que había dado la campanada al eliminar a Murray. En este partido, Federer no acusó el cansancio y fue una apisonadora en los tres sets. Ahora, se mete en las semifinales y sólo tiene el obstáculo de su compatriota Wawrinka para pisar de nuevo el domingo la Rod Laver, escenario de la final.
Gane o no a Wawrinka, Federer es un mito. Lo avala su hoja de servicios en los grandes torneos, donde ha logrado 17 títulos, 27 finales, 41 semifinales, 49 cuartas rondas y 57 octavos de final para sumar un total de 312 victorias.