El Chelsea ni pestañea ante la presión del Tottenham

Había ganado con mucha solvencia el Tottenham su encuentro frente al Watford, de modo que el Chelsea llegaba muy exigido al partido a domicilio frente al Bournemouth, un equipo con pocos nombres de gran calidad pero muy bien engrasado. Y los de Antonio Conte no han titubeado: solvente 1-3 que le sirve para mantener los […]
8 de abril de 2017 - Sportyou
Había ganado con mucha solvencia el Tottenham su encuentro frente al Watford, de modo que el Chelsea llegaba muy exigido al partido a domicilio frente al Bournemouth, un equipo con pocos nombres de gran calidad pero muy bien engrasado. Y los de Antonio Conte no han titubeado: solvente 1-3 que le sirve para mantener los 7 puntos de ventaja con respecto a sus vecinos londinenses.
El técnico italiano, como suele ser habitual, no rotó a pesar de haber tenido un exigente encuentro entre semana frente al Manchester City, y puso en liza a su once de gala, que por lo que hemos visto a lo largo de la temporada tiene a Fàbregas y Willian en el banquillo, a pesar de ser jugadores importantes en la buena temporada de los blues.
El Chelsea hizo mucho daño al Bournemouth con su plan habitual: robos a media altura y mucha verticalidad tras robar la pelota para que Hazard, Pedro y Diego Costa dañen a campo abierto. El primer tranto, eso sí, llegó después de una acción bastante afortunada: Moses llegó bien por banda derecha, cedió a Costa y el hispanobrasileño marcó después de un disparo en semifallo.
A partir de entonces y con las lineas del Bournemouth mucho más adelantadas, el Chelsea pudo poner en práctica su plan con más facilidad. Un envío en largo de Kanté dejó mano a mano a Hazard, que resolvió la acción después de desbordar a Boruc con una finta digna del mejor Romario.
King logró recortar distancias con un disparo que pegó en David Luiz, pero el Chelsea sentenció en la segunda parte gracias a Marcos Alonso, que puso el 1-3 definitivo después de transformar una falta directa con enorme maestría, superando la barrera con un finísimo disparo que permite a su equipo confirmarse en lo más alto de la tabla.