Opinión
El ‘7’ de España
- 22 de diciembre
de 2011 -
- Juanen Gonzálvez
Pues nada, a debatir toca. Ahora que parecía que la delantera de España estaba bien fijada con Torres y Villa, al primero le da por tener un bache más profundo que la fosa de las Marianas y al otro le salta la tibia en un “partidillo” en una imagen que pone los pelos de punta. Al bueno de Del Bosque me imagino que se le habrán saltado las lágrimas porque son dos jugadores buenos de verdad. Pero… ¿y ahora qué? Busquemos alternativas en la Liga BBVA. Parece que los favoritos, por estado de forma y calidad serían Soldado, Fernando Llorente y Negredo. Tres hombres con el gol en la cabeza y con ganas de cooperar en los éxitos de la Roja.
Un tridente que podría completar Sergio García, campeón de Europa en Austria y Suiza y jugador de vestuario, de esos que le gustan al seleccionador. A este cuarteto le podríamos sumar un par de nombres que despuntan en la mejor liga del mundo. Adrián, del Atlético de Madrid, que parece ser un salvavidas en medio del océano de incertidumbre de los rojiblancos. Y Callejón, puesto que, como dice Julián Ávila, “está para ser titular” en el Real Madrid. Son dos hombres jóvenes, quizá en exceso, con muchas virtudes y pocos defectos, el principal que no tienen los minutos que seguramente necesitarían. Pero, si Torres no mejora y Villa no llega, Del Bosque los puede utilizar para curtirles en una gran cita con un vestuario que, sin duda, les va a arropar.
Y luego está Raúl. Ser segundo de la Bundesliga y marcar un hat trick con 34 años, tras una brillante trayectoria, son aval más que suficiente para, por lo menos, pensárselo. Pero Raúl es Raúl y tiene tantos admiradores como detractores, algo que puede tirar para atrás su vuelta a la selección. Alguno lo interpretaría como una debilidad de Del Bosque, y alguno se enfadaría si no llega a jugar ni un minuto porque tiene otros jugadores por delante. Con sinceridad, me alegro de no estar en la piel de Don Vicente. Tiene pinta de que haga lo que haga le van a caer más palos que a una estera. La bola está en su tejado y en el nuestro el animar la discusión. ¿A quién llevarías tú?