Duelo de hermanos en el derby de ‘La gran manzana’

Siempre que se enfrentan los dos equipos de New York, se convierte en una de las rivalidades más aguerridas en toda la escena deportiva, pero la familia Allen de Old Bridge, New Jersey, vive este derby de manera diferente, porque dos de sus muchachos estarán en el mismo escenario pero vistiendo la camiseta de diferentes equipos.

En la escuadra celeste está RJ Allen, lateral y titular del conjunto dirigido por Patrick Vieira. Frente a él tendrá a su hermanos menor, el delantero Brandon Allen, quien juega para los Red Bulls.

A pocas horas del encuentro, que se jugará en el Red Bull Arena, la emoción de ambos hermanos va en aumento. “Si tengo la oportunidad de jugar y enfrentarlo cara a cara, lo voy a hacer”, aseguró Brandon, quién hasta el momento, le ha tocado ver los cinco derbys anteriores como espectador. “Durante los 90 minutos de juego todo vale, cuando termine el partido, él volverá a ser mi hermano”.

Cuatro años menor que su hermano, Brandon espera la oportunidad de jugar el clásico, sin embargo, es consciente que la presencia de jugadores como Bradley Wright-Phillips y Gonzalo Verón dificulta la posibilidad de que un novato como él pueda disfrutar de minutos en el derby.

“Es mi primer año y uno tiene que entender que hay otros jugadores antes en la preferencia del entrenador”,  dijo Brandon. “Debo ser paciente y seguir trabajando. Mi oportunidad va a llegar”.

RJ, por su parte, debutó con New York City FC el 3 de mayo de 2015, en un partido contra Seattle Sounders. Una semana después, sería titular frente a los Red Bulls. Desde ahí, el jugador de 26 años, fue titular en 25 de los 28 encuentros que disputó con la camiseta celeste.

Beatrice, la madre de ambos jugadores, expresa su orgullo al tener a dos de sus hijos jugando en la MLS.

“Nuestra familia está bendecida. Los dos están jugando para dos de las mejores organizaciones de la liga. Como madre yo termino apoyando a mis dos hijos en estos clásicos y no defendiendo a un color determinado”, expresó la feliz madre que encontró la solución ideal para los días de clásico neoyorquino, tomando la mitad de la camiseta de ambos hermanos y creando un nuevo uniforme que mezcla los colores y el diseño de ambos equipos.

“Ojalá los dos puedan jugar”, se ilusionó Beatrice. “Sería un momento que todos en la familia recordaríamos.”