Opinión
El Clásico del ‘culo apretado’
- 02 de diciembre
de 2016 -
- Elías Israel
Zidane, en su ánimo por explicarse bien, entre sonrisa y sonrisa durante la habitual rueda de prensa, bautizó de manera gráfica el Clásico del Camp Nou. En realidad, estaba hablando de cómo salió el Madrid hace ocho meses al feudo azulgrana y como en la última media hora de aquel 1-2 cuajó una de los mejores ratos que se le recuerdan al equipo de Zizou.
Con Casemiro sin ritmo, Zidane saldrá a por todas, con Isco buscando las cosquillas entre líneas, para meter el miedo en el cuerpo al Barça, como ya ocurrió en el Calderón. El golpe de nueve puntos sería casi definitivo para apear al Barça de la carrera y se contempla como una ocasión pintiparada para dejar al equipo azulgrana, sumido en una crisis de resultados e identidad. Ese es el verdadero botín, más que los tres puntos. La superioridad numérica blanca en el centro del campo solo puede ser revertida con la posesión de la pelota.
Luis Enrique intentará que su equipo tenga el balón como primera premisa, arriesgando con Iniesta seguramente en el conce y obsesionado porque Modric y el malagueño estén desconectados tras pérdida. Busquets será la piedra angular en esa labor. En ataque, la idea de arrancar a Messi pegado a la banda servirá para mantener en jaque a Marcelo y obligará al Madrid a unas ayudas, que pueden ser arma de despiste, para ocasionar en el uno contra uno de Neymar contra Carvajal, donde puede estar una de las llaves del partido. Lucas Vázquez, por el mismo flanco pero en campo contrario, también le buscará las cosquillas a Jordi Alba, pero el peligro más tangible del Madrid estará en la movilidad de Benzema, para sacar de zona a los centrales azulgrana y aprovechar la llegada y el momento de Cristiano Ronaldo para hurgar en la herida.
Con alineaciones tan ofensivas, se antoja un partidazo. Quizá, frente al tópico, la balanza no se decante por detalles, sino por la intensidad de los de arriba para recuperar rápido el balón. Zidane cree que el líder está obligado al intercambio de golpes, sobre todo sabiendo que el que anda con el ‘culo apretado’, al menos sobre el papel, es ahora Luis Enrique.