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29 de septiembre de 2023 29/09/23

Opinión

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No es cholismo, son choladas


  • 23 de abril
    de 2015
  • Ignacio de La Mata

Diego Simeone

Vaya por delante que ayer nadie mereció ganar. Sólo el Atlético mereció perder. Para el día más importante nos encontramos la peor versión de un Real Madrid y Atlético. El partido salió rana, no había quien le diera un beso. Los dos equipos temerosos, sin profundidad, ni velocidad, sin iniciativa. Sólo tensión táctica, ni si quiera emocional. Por no haber, no hubo ni patadas, por mucho que el árbitro sacara una roja, innecesaria, o el Bernabéu cantara eso de “asesinos”. Mal ejemplo, mala canción, injusta fama. Debe ser que ocho derbis en una temporada son demasiados hasta para el más cuerdo. Lo notaron los futbolistas. Se hace pesado eso de “otra vez tú” y tiendes a no fiarte. Los jugadores seguramente son culpables de no ofrecer un partido a la altura de la eliminatoria de Champions, pero los auténticos responsables de la falta de brillantez son sus entrenadores. El Cholo y Ancelotti jugaron a ver quién era más italiano. Fútbol 0-0, igual de apasionante que la cerveza sin alcohol.

Pero una victoria cura las heridas como un gol despierta a los que están a punto de la tumba, mientras que la derrota sin aprendizaje mata dos veces. Al Atlético la derrota le descubre todas sus carencias: no tener un cerebro, jugar con laterales reconvertidos, el debate del “9”, la poca aportación de los fichajes… Pero ayer la derrota significó algo más. No sólo perdió la ocasión de ganarle al Madrid (a un Madrid ganable), perdió la oportunidad de revancha y dejó pasar la gloria del penitente, del que después de caerse, se levanta. Otra vez se le va un acontecimiento histórico. Simeone no aprendió nada de Lisboa y volvió a pecar de defensivo. Hay veces que el Simeone entrenador no está a la altura del Simeone filósofo. Hizo todo para llegar, y cuando llegó, no se atrevió a dar el paso adelante.

No es cholismo, son choladas. Como sacar un once con jugones y delantero centro y ponerse a achicar balones lo más lejos posible de la portería rival. O estaba mal el planteamiento o la elección de los jugadores o las dos cosas. Cholada como hacer los cambios para protegerse aún más y que encima logren descontrolar la defensa, que era lo único que estaba funcionado. Cholada como quitar a Griezmann, como que no jugara Torres, revulsivo emocional, el fichaje para estos partidos, cuando además su equipo necesitaba ese tipo de delantero en lugar de un Mandzukic de turno. “Hasta para provocar corners hay que atacar”, pensará el croata y no tendrá traductor. Cholada por apostar, otra vez, por un 9 que no está fresco. Cholada como dejar a Raúl García en el banquillo de inicio y darle el papel de revulsivo, como darse cuenta de que Koke puede jugar de mediocentro tan tarde. Cholada por elegir no perder, por no arriesgar. Cholada por no subirse al autobús y “dejar tirado” a su equipo en el campo. Cholada como tener a la oportunidad de revancha y no morir matando.

Es cierto: Fue triste la manera de perder y ver que era Simeone quién no tenía el día brillante. Pero no todo tiene que ser una mala noticia. Los atléticos están orgullosos y agradecidos a este equipo y a este entrenador, pasara lo que pasara en el Bernabéu. No es conformismo, es estar en el sitio, un lugar que le corresponde. El Madrid gana al Atlético en Europa, sí, pero, definitivamente, ha encontrado rival para toda la vida.

PD- Caso aparte, por su personalidad y su genialidad, merece Arda Turan. Arda es indiscutible, pero empieza a doler que no esté en los partidos decisivos. Ya son unos cuantos.

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