Un cambio de rumbo en el banquillo del Real Madrid

Florentino Pérez ha dado un viraje de ciento ochenta grados en la política del inquilino del banquillo del Real Madrid. En su primera etapa como presidente, Florentino Pérez tuvo a Vicente del Bosque, Carlos Queiroz, José Antonio Camacho, Mariano García Remón, Wanderlei Luxemburgo y Juan Ramón López Caro. Seis entrenadores, cada uno con su propio estilo y rarezas y virtudes, pero muy distintos entre sí. Tres tenían presente y pasado madridista; los otros tres, ninguno.

Ahora, después de otras tres experiencias no muy gratificantes, Florentino Pérez da un giro radical a su política de entrenadores y da el mando del banquillo al, posiblemente, entrenador más laureado que se haya forjado en la casa. Benítez ha ganado la Copa de Europa y dos Ligas en España. Eso parece copiar un poquito la política del Barcelona respecto a los entrenadores. Recordemos que el Barça, con Guardiola, consiguió seis títulos en un mismo año, mientras que el Barça, con Luis Enrique, ya ha ganado el ‘Doblete’ (Liga y Copa del Rey) y en dos días puede conseguir el ‘Triplete’, añadiendo la Liga de Campeones. Esto es lo que busca Florentino Pérez con este giro.

Y para eso ha elegido a un hombre que se curtió en los antiguos campos de tierra de la Ciudad Deportiva del Paseo de la Castellana. Y que abandonó el Real Madrid para demostrar, como buen canterano, en otros sitios lo que no podía demostrar en su casa de siempre. Y así ha sido. Benítez ha logrado convencer a Florentino Pérez y por eso va a ser el entrenador del Real Madrid las próximas tres temporadas. Al menos, eso es lo que ha firmado. Porque también Ancelotti tenía un año más y no lo ha cumplido.

Así que ya sabe Benítez lo que tiene que hacer para cumplir su contrato. Es simple, ganar títulos. Los títulos gordos que esta temporada se le han negado al Real Madrid. Y como con cada entrenador que debuta en el banquillo blanco, la presión por los resultados va a ser la más grande que habrá sentido el nuevo técnico del Real Madrid en toda su carrera como entrenador. Y eso él lo sabe. Porque como madridista, siempre se ha puesto el listón a la altura de la victoria. Y ahora, en el Real Madrid, no va a ser una excepción. A su disposición tendrá la mejor plantilla que ha tenido nunca, según sus propias palabras. Con esos mimbres y con esa declaración, él mismo se ha puesto el nivel de exigencia donde quiere el presidente: al máximo.