Bale salió y besó el santo

Poco más de diez minutos estuvo sobre el campo Gareth Bale en el partido contra Al Jazira. Suficiente para darle al Real Madrid el gol que llevaba más de 80 minutos buscando: el que sellara el pase a la final de la Copa Mundial de Clubes (1-2).

La semifinal fue casi un monólogo blanco, interrumpido sólo por el 1-0 rival (y por el gol anulado que, durante un instante, subió al marcador hasta que el VAR se pronunció). Sin embargo, el Madrid no tuvo puntería. Bale sí.

El atacante galés saltó al campo en el minuto 81, sustituyendo a Benzema. El cambio impidió que la BBC se volviera a reunir sobre el campo meses después. Benzema, muy desacertado toda la noche, dejó su puesto a Bale, que sí acertó con la meta rival.

Junto al gol, dejó buenas sensaciones, como en un espectacular remate de tijera. Algo necesario para un jugador frágil, que tras reaparecer brevemente contra el Fuenlabrada en la Copa del Rey (también de forma decisiva) se ha perdido los tres partidos siguientes.

«Cuando el entrenador te saca, es para tener incidencia en el partido», dijo al final en los micrófonos de Televisión Española. «Sufrimos algunos problemas y nos ha llevado tiempo, pero hemos sido pacientes», añadió sobre el partido.