Alemania, una maquinaria imperfecta

El conjunto entrenado por Joachim Löw tiene calidad individual para ser considerada una de las grandes candidatas a ganar la Euro 2016. Sin embargo, su sistema está dejando algunas dudas
16 de junio de 2016 David de la Peña - Sportyou
La selección alemana no pudo pasar del empate frente a la Polonia, y después de haber ganado 2-0 contra Ucrania en un partido en el que el combinado exsoviético logró desplegarse con mucha ventaja hacia la portería de Neuer en más de una ocasión, las dudas sobre su favoritismo de cara a ganar la Euro 2016 están comenzando a aparecer. Por supuesto, su enorme calidad en el último tercio de campo y su histórica competitividad, sumadas al hecho de que este colectivo es el actual campeón del mundo, obligan a creer en ellos, pero su puesta en escena no infunde temor.
Una propuesta muy arriesgada
En primer lugar, hay que decir que el sistema alemán transmite la sensación de ser realmente arriesgado. Esta es la apuesta de Joachim Löw. Probablemente motivado por el hecho de creer que en un intercambio de golpes saldrá ganador, asume una serie de riesgos que, aunque ni Ucrania ni Polonia pudieron castigar, estuvieron ahí de forma evidente.
En primer lugar, el posicionamiento de Alemania cuando tiene la pelota es muy agresivo, por momentos suicida. Löw decide darles las bandas a ambos laterales -a pesar de que Höwedes sea un central, su comportamiento desde el punto de la vista de la posición es ofensivo-, y únicamente deja por detrás de la línea de la pelota a la pareja de centrales, que frente a Polonia ya fue la titular –Jerome Boateng y Mats Hummels-. El problema es sencillo: una pérdida de balón provoca que los rivales puedan correr con muchos hombres frente a sólo tres futbolistas alemanes, contando con Toni Kroos.
Özil, Müller, Götze, Draxler y Khedira -que aunque parta del doble pivote gana mucha altura y en ocasiones es el jugador más profundo del sistema- tratan de abrir líneas de pase en zonas interiores. Eso provoca que en ocasiones Alemania logre tener muchísima fluidez en la circulación de balón. La explicación es Toni Kroos, que además ayuda a que este posicionamiento tan agresivo no se vea más veces amenazado al contragolpe, gracias a su enorme precisión. El centrocampista del Real Madrid dio 112 pases frente a Ucrania, con un 93% de acierto, mientras que ante Polonia ha repartido 108, con el mismo porcentaje de precisión. Kroos encuentra compañeros libres de forma constante, de modo que cuando el rival roba, pocas veces lo hace arriba.
Sin embargo, tanto Ucrania como Polonia tuvieron sus ocasiones para desplegarse e incluso llegaron a tener buenas situaciones de remate -a pesar de que frente al combinado polaco, tanto Hummels como Boateng dejasen unas cuantas anticipaciones de mucho mérito-. Los atacantes de los dos rivales alemanes hasta el momento no estuvieron acertados de cara a portería, pero las situaciones se dieron. Löw lanza un pulso que hasta el momento le sale bien, pero, aunque Alemania ha tenido fases de control, estas no fueron tan estables como debería de aspirar un equipo de su categoría.
Menos remates de los esperados
Aunque quizás, el aspecto más negativo, si cabe, fue a tenor de lo visto frente a un combinado polaco que rindió bien en su defensa organizada: Alemania, a diferencia del partido contra Ucrania, remató pocas veces en situación de clara ventaja. Si tu apuesta es tan arriesgada, al menos hay que esperar que las ocasiones en el campo rival caigan en cascada -definirlas o no dependerá de otros factores-, y eso es algo que frente a Polonia no sucedió.
Kroos conseguía conectar con los laterales a buena altura, o colaba envíos entre las dos líneas polacas, pero después de ello los ataques quedaron demasiadas veces en nada. Alemania dependía mucho de la finura en las asociaciones cerca del área -sólo Özil se entonó en el segundo tiempo en este sentido- mientras que Götze está dejando que desear hasta el momento.
Además de este, Alemania tuvo otro problema gravísimo: ejecutó con acierto únicamente tres regates en los últimos 25 metros. Dos fueron de Müller y otro de Draxler. En otras palabras, Alemania depende prácticamente siempre, como mínimo, de dos hombres para eliminar a un rival, y a partir de ahí puede explicarse su espesura frente a una defensa sólida como demostró ser la polaca.
Por supuesto, no cabe duda de que esta selección alemana tiene jugadores de primerísima fila, un faro del sistema como Toni Kroos en un momento de forma espectacular, y jugadores capaces de resolver situaciones complicadas en las áreas como son Neuer y Müller, por lo que sería una desfachatez quitar su nombre de entre las candidatas. Sin embargo, es evidente que el sistema alemán no es una maquinaria perfecta, y eso es una buena noticia para las aspiraciones del resto.