Opinión
¿Y ahora qué, Sr. Urrutia?
- 13 de diciembre
de 2012 -
- Iñaki Cano
Supongo que tendrá que hacérselo mirar. Es cierto que con su llegada el Athletic ha jugado una final de Copa y otra de la UEFA Europa League. No es menos verdad que bajo su presidencia el equipo ha jugado un fútbol admirado en España y en toda Europa. No puedo negarle que la pasada campaña hizo disfrutar a su afición y fue admirado por su garra y por el juego que ideó Marcelo Bielsa. Un entrenador que todos, incluido usted, sabemos cómo se las gasta sobre todo en la adversidad. Un entrenador que no se casa con nadie ni tan siquiera con el que manda. ¿Verdad?
Usted y Bielsa se han cargado un equipo que parecía eterno. Una plantilla que maravillaba y que con los buenos resultados ya le mandaba a usted y a quien quisiera oírles, mensajes que indicaban que las cosas no eran tan bonitas como parecían. Usted hizo oídos sordos. Al comienzo de la temporada no pudo retener a una de sus estrellas porque el dinero alemán se lo llevó. Nada que objetar. De donde no hay no se puede sacar, solo que se podría haber vendido de otra manera menos desagradable. Pero a usted le interesó que el jugador del Bayern se fuese como se fue para que el malo fuera él y no usted. No quiso explicarles a sus aficionados lo que había de verdad y al jugador le enemistó hasta con sus más fieles admiradores. Lo de Fernando Llorente es de traca y ha movido los pilares de un vestuario que involuntariamente se ha visto mezclado en una “guerra” que no terminará hasta que el riojano salga del Athletic. Ya se lo advirtió: “Como no renueves no jugarás en este equipo”. Dicho y hecho.
Las órdenes fueron recibidas por Marcelo Bielsa, que con mil excusas físicas las cumplió a rajatabla. Usted pudo cerrar el asunto con un acuerdo amistoso con Llorente y de paso el Athletic ganar unos euros pero, menudo es usted de duro, tanto como de jugador. Por cierto, que cuentan las lenguas de doble filo que siempre fue usted muy solidario con los compañeros que se vestían a su lado en el vestuario del Athletic. No haga usted caso de esos rumores que seguro son malintencionados, tanto como los que corrían por El Bocho sobre su entrenador y que sus jugadores le insinuaron. Le mandaron mensajes en los que le señalaban que se habían hartado de la ‘futbolitis’ constante de su entrenador. Se lo habían dicho. Usted les había oído pero no les escuchó. Les oyó pero, como al sonido del tren, se le oyó al pasar. Eso no quita ni libra a todos los componentes de la plantilla de lo que le está pasando a su club. Ellos son muy culpables también del desastre deportivo que bajo su presidencia están sufriendo los socios del Athletic Club.
Espero que una vez eliminados de la UEFA Europa League, de la Copa y a dos derrotas de la zona de descenso en la Liga no se líe usted la manta a la cabeza y despida a su entrenador. Si no lo hizo cuando le armó la marimorena por una obras, ahora tampoco es el momento. Si destituye a Marcelo Bielsa, desde mi humilde punto de vista y desde la distancia, quedará usted retratado una vez más y me confirmará la destrucción de un proyecto que tenía muy buena pinta. Pero lo que yo opine importa poco o nada. A quienes les debe usted explicar lo que está haciendo en su club es a sus socios. Ellos le pasarán la factura en el momento que lo deseen. Usted les conoce bien y sabe que si no están contentos no le dejarán que salga en la fotografía de la inauguración del nuevo San Mamés. Fotografía con la que usted sueña, según cuentan otras lenguas envidiosas que enredan hablando de usted. Pero ya sabe que eso puede no ser verdad. Lo único cierto es que anoche el Eibar de Segunda B les eliminó de su querida competición.