Rafa Nadal trabaja en su recuperación con el objetivo claro de ponerse a punto para el Abierto de Australia, que empieza el 14 de enero de 2013. Ya lleva unas semanas entrenando en pista y declarando sus intenciones en varias entrevistas. El español ha insistido en dos mensajes, en que no volverá hasta que no sienta ningún tipo de dolor para no perjudicar a su carrera, y en que no cree en el milagro de ganar en cuanto vuelva a la acción. Está previsto que juegue el torneo de exhibición de Abu Dhabi, del 27 al 29 de diciembre, donde se mediría a Djokovic, Murray, Ferrer, Berdych y Tipsarevic; y el Open 250 de Doha, del 30 de diciembre al 6 de enero, en el que tendría la competencia de Ferrer, Gasquet y Kohlschreiber. Dos torneos que, si la recuperación va por buen camino, le servirán para ponerse a punto de cara al Abierto de Australia, donde defiende la final del 2012, aunque el ránking ahora para él es lo menos importante. Un torneo de dos semanas nada más volver a las pistas que pondrá a prueba a su rodilla. El actual número cuatro del mundo no juega un partido desde el 28 de junio. Desde entonces su rodilla izquierda se ve afectada por el síndrome de Hoffa, una inflamación de la zona de tejido graso que se extiende por debajo del tendón rotuliano. Una dolencia en una zona muy sensible que plantea una gran incógnita sobre si volverá a rendir al mismo nivel y sobre los años que podrá mantenerse en la elite, motivos por los que su recuperación va tan lenta. Pese a todo, y aunque su participación en Melbourne no está totalmente confirmada, se confía en que vuelva a buen ritmo y plante batalla a los otros tres grandes. Djokovic parte como primer favorito debido a que llega como número uno, acabó el año ganando la Copa de Maestros y es el vigente campeón. Otro que va de tapado, como Nadal, es Del Potro, del que se espera que se ponga a la altura de los cuatro primeros del ránking.